Esta semana fue una continuación de las tragedias con armas de fuego, tanto local como nacionalmente. El martes 24 de mayo fue la matanza en Uvalde, Texas. El martes 31 en Wyoming, Michigan un hombre mató a su novia, a las dos hijas de esta y luego se mató él. El miércoles 1 de junio, cuatro muertos en Tulsa, Oklahoma y ese mismo día un tiroteo en Holland Michigan dejó un muerto y otro en estado crítico.
¿Todavía hay quien dice que las armas no son el problema?
Hay más armas en Estados Unidos que habitantes
¿Cómo no van a ocurrir esas matanzas?
En lo que va de año, han pasado 223 matanzas con armas de fuego, es decir, muertes de más de 4 personas en una sola acción.
Los amantes de las armas de fuego tienen que hacer un sacrificio y renunciar a esos juguetes, porque, aunque la mayoría de ellos nunca haría matanzas como las ocurridas, el hecho de que existan y estén disponibles para cualquier persona con problemas, es lo que está haciendo a Estados Unidos un país cada vez más inseguro.
La culpa de todas esas muertes la tienen los políticos que desde hace décadas vienen bloqueando en Washington y varios estados las iniciativas para el control de armas.
La misma semana en que se produjo la matanza de 21 personas en Uvalde, Texas, los legisladores de Lansing, Michigan bloquearon un proyecto de ley que penalizaría a los dueños de armas que no tuvieran éstas guardadas de manera segura.
En Texas, el fiscal general dijo que no haría nada para controlar las arma porque según él, “eso no es necesario”. El gobernador de ese estado dijo que el problema no son las armas sino la salud mental. Claro, si, la de él ¡Idiota!
Vamos a ver a hora a las veletas como Marco Rubio, haciendo creer que está a favor del control de las armas y votando en el Congreso por lo contrario.
Por cierto, ¿Qué de nuestro amigo el procurador del condado de Kent Chris Becker? El hombre está más callado que una monja en Viernes Santo. Después de que insistió en tomar el caso de Patrick Lyoya, ahora no encuentra qué hacer. Ya se lo dijimos… debió dejar que la procuradora del estado se encargara de eso y no meterse en ese lío… ¡Que San Pancredo lo saque de ese enredo!
Y entrando en el patio, se fue de las escuelas públicas de Grand Rapids, John Helmholdt, quien estuvo por más de una década como director de relaciones públicas de la entidad. Helmholdt hizo un buen trabajo, pero ya era hora de cambiar hacia mejores rumbos. Lo cierto es que GRPS no tiene comunicación con el público, sino solo a través de los padres de los estudiantes.
Quizás haya sido una buena idea, pero también es una forma de aislar a la institución de la comunidad, lo cual no parece muy democrático que digamos.
Nos vemos en los próximos jalapos si los Rambos que andan disparando lo permiten.
