A finales del siglo 19 un escritor dominicano llamado Francisco Moscoso Puello publicó una novela en género epistolar titulada “Cartas a Evelina”.  En uno de sus capítulos decía él que Republica Dominicana es un país de clima impredecible, que en el día más claro llueve, pero que además de agua, a veces llueven balas y en todas direcciones.

Era la época en la que todo el mundo tenía un arma y al más osado se le ocurría en cualquier momento armar una revuelta por cualquier causa.  Mas de cien años después, el que supuestamente es el país más desarrollado del mundo, Estados Unidos, repite la misma historia, pero peor.  Matanzas por ninguna causa, solo por el gusto de matar.

 

Estados Unidos es un país institucionalizado, pero ¿De qué le sirven las instituciones si estas no sirven ni siquiera para que la gente pueda vivir segura?

 

De acuerdo como van las cosas, habrá que andar en las calles con chaleco antibalas y casco protector.  Y según proponen los defensores de las armas, deberíamos todos andar armados. Los niños de preescolar deberían llevar una pistola en la lonchera o la mochila; los maestros en su escritorio, los pastores en el púlpito, las monjas en las faldas y los padres en la sotana.

¡Todo eso para no tener que controlar el sucio negocio de las armas!

 

El problema de las armas no es solo la facilidad con que se adquieren, sino la cantidad de estos artefactos letales que están en manos de delincuentes debido a los múltiples robos a las tiendas donde se venden estos.

 

Bueno, y continúa la novelita sobre la guerra de Ucrania, mientras tanto, los americanos se enfrentan a una severa inflación, pagando la gasolina como si fuera diamante líquido y viendo cada vez sus sueldos más chiquitos.

 

Según las últimas encuestas de preferencias políticas en Estados Unidos, Donald Trump tiene cada vez más seguidores dentro de la comunidad hispana.

¿Por qué?

Porque algunos piensan que el hombre es bueno porque habla duro, otros porque tiene dinero y unos cuantos porque son de los que dicen que después de que yo entre que cierren la puerta. También, en la medida en que se hacen ciudadanos y aprenden inglés, se les olvida de donde vienen y lo que hablaban.

¡Así somos los humanos!

 

Lo cierto es que por el perfil con que se vende Trompo Loco, parece un buen presidente, pero en cuando a la realidad, no ha habido un presidente peor, en especial en cuanto el trato a los inmigrantes y en cuanto a enfrentar crisis.  Si por él hubiera sido, la mitad de la población estadounidense hubiera muerto de Covid.

 

El próximo mes son las primarias y los candidatos republicanos seguidores de Trompo Loco tienen la preferencia en muchos estados.  Si eso se refleje en las urnas al momento de las elecciones, los demócratas quedarán fritos en aceite de grillo.

 

Nos vemos en los próximos jalapos si la Virgencita lo permite.