Los votantes americanos prefieren al panadero que a Superman
Muchos estrategas políticos americanos han fracasado con sus clientes por confundir el entusiasmo con el voto. La historia política de Estados Unidos de las décadas recientes muestra que, para el votante norteamericano lo mas importante es el pan en la mesa.
Jimmy Carter, pese a ser un presidente con amplio apoyo popular, no logró la reelección en 1982. Para algunos analistas su derrota se debió a su fracaso en liberar a los rehenes norteamericanos que se encontraban en Irán. Pero según otros, se debió al descontento por el aumento del costo de la vida.
En 1992, George H. Bush no logró un segundo mandato y fue derrotado por el retador demócrata Bill Clinton. Bush, un año antes gozaba de gran popularidad por la Guerra del Golfo, pero al igual que diez años atrás, la economía había entrado en una de sus crisis cíclicas.
Al actual presidente, Joe Biden, le ha tocado el juego pesado de la crisis de Ucrania en su segundo año de gobierno. Las sanciones que ha dispuesto para ahogar económicamente a Rusia parecen volar como un bumerán hacia el consumidor norteamericano.
Si bien es cierto que el petróleo ruso apenas representa un 8 por ciento del consumo de combustible de Estados Unidos, la promesa de Estados Unidos de suplir a los países de Europa del oeste para reemplazar el suplidor euroasiático podría actuar como una válvula de presión que descontrolaría totalmente el mercado mundial de los hidrocarburos.
Los economistas de la Casa Blanca confían en que eso no ocurrirá. Estiman que la apertura de nuevos mercados para el petróleo americano impulsará la economía y que el liderazgo mundial que ha asumido Biden en la crisis de Ucrania, lo mantendrán como el candidato favorido para ocupar la Oficina Oval por cuatro años mas.
Esta lógica se parece a la anécdota del escritor irlandés Oscar Wilde a quien una hermosa actriz danesa le dijo “qué le parece maestro, un hijo suyo y mío, con la belleza mía y la inteligencia suya”. Wilde le contestó: ¿Y si sale lo contrario?
La presión sobre China que está ejerciendo la administración de Biden y el embargo de 650 mil millones de dólares de la reserva de Rusia, está empujando al gigante asiático poseedor de la segunda economía mas poderosa del mundo, a considerar seriamente dejar de utilizar el dólar como moneda de reserva. Si eso ocurre, el dólar perderá valor y lo que se compra hoy con uno se comprará mañana con 4. La Reserva Federal de Estados Unidos se verá obligada a subir las tasas de interés, lo que deprimirá el mercado inmobiliario. Los bancos tendrán que restringir los créditos y recuperar los activos colocados, lo que provocaría la quiebra de millones de pequeños negocios.
Si los precios del petróleo y el gas natural pierden el balance en el mercado mundial, el costo de la vida de los norteamericanos se elevará como humo al cielo y a la ahora de votar, preferirán al que promete poner el pan en la mesa, que al que vuela por sobre los rascacielos y países “defendiendo la libertad”.
