El regreso de Trump
Aunque en la actualidad los resultados de los trabajos del Comité que investiga los acontecimientos del 6 de enero del 2020 están arrojando a la luz toda la responsabilidad del expresidente Donald Trump en los hechos, hay un hecho, que se está elevando en el horizonte de la política norteamericana, y es un posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Mas de 100 de los ganadores de las primarias republicanas para las elecciones de noviembre, son seguidores de Trump: La mayoría de los candidatos a gobernador y la mayoría de los candidatos a puestos legislativos.
Mientras el presidente Joe Biden trata de atrapar “mariposas amarillas” en el aire, Trump continúa en una incesante actividad de campaña como si ya fuese él el candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales del 2024.
Biden continúa en su cruzada contra Rusia, ignorando los funestos pronósticos económicos que el conflicto en Europa del Este está trazando sobre la economía americana y mundial.
El mundo acaba de salir de una pandemia que paralizó parcialmente la producción de alimentos y productos manufacturados, y puso en receso la intensa actividad de la economía americana. Las sanciones económicas contra Rusia por su invasión a Ucrania en medio de un periodo de recuperación son, a juicio de todos los expertos en macroeconomía, la peor decisión que se pudo haber tomado.
Biden, contrario a actuar en respuesta a las adversidades de esas medidas, anunció el pasado lunes que podrá todo su “empeño y poder para bloquear la economía rusa”.
Los norteamericanos son románticos y entusiastas de la política. Patriotas enardecidos, amantes de sus valores nacionales y la hegemonía de su país como imperio, pero solo hasta que ese amor ponga en peligro su estatus de vida.
El trabajador americano se desenvuelve en una selva económica de la que ha aprendido a protegerse con cautela, controlando concienzudamente sus gastos y cumpliendo sus deberes.
Una situación inflacionaria es para él como una tormenta de más de 300 millas por hora de la que poco puede hacer para defenderse. Por eso, cuando la administración del país da muestras de incapacidad para protegerlo del meteoro, atina a cambiar de rumbo.
Donald Trump vendió su imagen política como un maestro del dinero: El empresario triunfador que hace brillar la economía americana. Durante sus cuatro en la Casa Blanca, disfrutó de la economía saneada por la administración de Barack Obama de la recesión del 2008.
No tuvo escrúpulos para acusar a la administración anterior de “desastre”, a sabiendas que de heredó las bonanzas de una efectiva administración.
Ahora, en momentos en que la economía norteamericana se acerca a un abismo cuyo fondo no alcanza la capacidad de imaginación, se convierte en el crítico de los fracasos de Biden y exalta como suyos los triunfos ajenos.
Los demócratas se sienten confiados en que los resultados de las investigaciones del comité del 6 de enero le cortarán las alas a su oponente abriendo el camino franco hacia la reelección de Biden. Pero mientras ellos cercan a Trump, Trump los cerca a ellos. Si los candidatos republicanos resultan ganadores en las elecciones de noviembre de este año, es muy poco lo que puede hacer el Comité para detener a Trump. Y si Joe Biden no deja de cazar mariposas, tendremos a Trump de nuevo en la oficina Oval.
