Las bombas de neutrones son armas termonucleares diseñadas para aniquilar personas y dejar estructuras en pie.

Se estima que una bomba de este tipo puede matar a las personas dentro de autos blindados y bunkers sin destruir éstos.

Una detonación podría matar a los habitantes de una ciudad sin derribar una sola pared.

Cuentan con una ojiva que mata por radiación en lugar de por la fuerza de una explosión. Fueron desarrollados por los Estados Unidos a fines de la década de 1950 y principios de la de 1960 y se desplegaron operativamente por primera vez en misiles antibalísticos. Fueron ampliamente vistos como "armas más limpias" para su posible uso contra las divisiones blindadas soviéticas.

La Unión Soviética desarrolló también esta bomba en 1978 pero luego de que el presidente norteamericano Jimmy Carter ordenara la cancelación de la misma también desistió de producirla.

Luego de un debate tras bambalinas, el 7 de abril de 1978, Carter, envuelto en una controversia que estaba poniendo a prueba la alianza occidental y creando profundas divisiones dentro de su administración, decidió aplazar la producción del arma.

Según The New York Times, tanto los asesores de Carter como los líderes europeos, en particular el canciller de Alemania Occidental, Helmut Schmidt, “habían tratado de desviar la decisión tentativa [del presidente] contra la producción, sin esperar revertirla, sino solo para asegurarse de que el arma no se detuviera en total. Al final tuvieron éxito, y su anuncio sobre su decisión pedía una modernización continua de las armas que, en última instancia, podrían estar armadas con ojivas de neutrones”.

Warren Christopher, el subsecretario de Estado, que llegó a Bonn el 30 de marzo, le dijo a Schmidt que, a menos que Alemania Occidental se pronunciara públicamente a favor del despliegue de la bomba de neutrones, el presidente se inclinaría por cancelarla. Schmidt tomó la noticia con calma hasta que su gabinete lo presionó para intentar revertir la decisión. Schmidt le pidió a Carter que no cancelara el arma hasta que hubiera visto a Hans-Dietrich Genscher, el ministro de defensa de Alemania Occidental, quien visitaría la Casa Blanca la semana siguiente.

La lectura de Christopher de la situación llegó a Carter cuando regresaba a Washington de un viaje por cuatro países de América del Sur y África Occidental. En el vuelo de regreso, Carter, después de revisar la situación con Zbigniew Brzezinski, el asesor de seguridad nacional, y Cyrus Vance, el secretario de Estado, acordó no anunciar su decisión sobre el arma de neutrones hasta que se reuniera con Genscher.

Genscher le dijo a Carter que Bonn no podía apoyar abiertamente la controvertida arma a menos que lo hiciera otra potencia continental en Europa; El posible respaldo de Gran Bretaña no contaría.

Esa noticia selló la decisión de la Casa Blanca: la producción real permanecería condicional mientras la Unión Soviética ejerciera una moderación similar. Mientras tanto, Carter podría usar el arma como moneda de cambio en futuras negociaciones con Moscú.

El arma entró en producción en 1981, después de que Carter dejó el cargo, para su uso en el misil MGM-52 Lance. Esa decisión pronto generó protestas a medida que el movimiento antinuclear ganaba fuerza. La oposición fue tan intensa que los líderes europeos se negaron a aceptarla. El presidente Ronald Reagan se inclinó ante la presión; las armas permanecieron almacenadas en Estados Unidos hasta que fueron retiradas en 1992. La última fue desmantelada en 2011.

Fuentes:  Político, NYT y SpukniNews.